jueves, 17 de noviembre de 2011
miércoles, 9 de noviembre de 2011
LOS INDIGNADÍSIMOS
Me es muy grato incluir este correo electrónico que me manda Carmen Cirici-Ventalló por lo que se pueda ofrecer.
BANCO PARA PERSONAS MAYORES
Se muestra a continuación una carta real, que fué enviada a un banco por una Señora de 86 años que el gerente del banco pensó que era lo suficientemente divertida para hacerla publicar en el New York Times.
Lamento que no puede ser inferior a 28 dígitos, pero, de nuevo, me he inspirado en el número de botones que me requieren a mí para acceder a mi cuenta en vuestro servicio banca telefónica. Como se suele decir, la imitación es la forma más sincera de adulación. Por eso, permítame nivelar el terreno de juego aún más.
Cuando me llamen, pulsen los botones de la siguiente manera:
Inmediatamente después de discar mi número de teléfono, presione
Lamentablemente, pero de nuevo siguiendo su ejemplo, comunícole que también deberé cobrar una tarifa afines de sostener el funcionamiento de estas nuevas disposiciones.
Su humilde cliente.
BANCO PARA PERSONAS MAYORES
Se muestra a continuación una carta real, que fué enviada a un banco por una Señora de 86 años que el gerente del banco pensó que era lo suficientemente divertida para hacerla publicar en el New York Times.
Muy señor mío:
Le escribo para darle las gracias por haber rechazado el cheque que emití para pagarle a mi plomero.
Según mis cálculos, deben haber transcurrido tres nanosegundos entre la presentación de su cheque y la llegada a mi cuenta de los fondos necesarios para cubrir su pago.
Me refiero, por supuesto, al depósito automático mensual de mi pensión completa, un arreglo que, lo admito, ha estado en vigor durante sólo ocho años. Esos tres nanosegundos fueron suficientes para hacer un débito en mi cuenta por U$S 30 en concepto de sanción por las molestias causadas a su banco.
El agradecimiento que ahora expreso nace porque este incidente me ha hecho repensar mis errantes procedimientos financieros y bancarios. Me di cuenta de que, si bien yo personalmente contesto todas las llamadas telefónicas y cartas de su banco, cuando yo trato de contactarlos me enfrento a lo impersonal, a una sobrecarga de frases pre-grabadas, encuentro una entidad sin rostro, que es en lo que su banco se ha convertido.
A partir de ahora, yo, como usted, elijo sólo hacer frente a una persona de carne y hueso.
Los pagos de mi hipoteca y de mi tarjeta de crédito, entonces, en adelante ya no se harán por débito automático. Llegarán a su banco cheques en un sobre, dirigido personalmente y en forma confidencial a un empleado de su banco que usted debe nombrar a la brevedad.
Tenga en cuenta que abrir un sobre dirigido a otra persona se trata de un delito, con arreglo a la Ley Postal. Adjunto un juego de formularios que su empleado elegido deberá completar. Lamento que requiera ocho páginas pero, como Ud. comprenderá, necesito saber tanto de él o ella como su banco sabe acerca de mí. No hay otra alternativa.
Tenga en cuenta que todas las copias de su historial médico deben ser refrendadas por un Notario Público, y los datos obligatorios sobre su situación financiera (ingresos, deudas, activos y pasivos) deben ser acompañados de pruebas documentales. A su debido tiempo, a mi conveniencia, proporcionaré a su empleado un número de Seguridad (PIN) que él/ella debe citar para tratar conmigo.
Le escribo para darle las gracias por haber rechazado el cheque que emití para pagarle a mi plomero.
Según mis cálculos, deben haber transcurrido tres nanosegundos entre la presentación de su cheque y la llegada a mi cuenta de los fondos necesarios para cubrir su pago.
Me refiero, por supuesto, al depósito automático mensual de mi pensión completa, un arreglo que, lo admito, ha estado en vigor durante sólo ocho años. Esos tres nanosegundos fueron suficientes para hacer un débito en mi cuenta por U$S 30 en concepto de sanción por las molestias causadas a su banco.
El agradecimiento que ahora expreso nace porque este incidente me ha hecho repensar mis errantes procedimientos financieros y bancarios. Me di cuenta de que, si bien yo personalmente contesto todas las llamadas telefónicas y cartas de su banco, cuando yo trato de contactarlos me enfrento a lo impersonal, a una sobrecarga de frases pre-grabadas, encuentro una entidad sin rostro, que es en lo que su banco se ha convertido.
A partir de ahora, yo, como usted, elijo sólo hacer frente a una persona de carne y hueso.
Los pagos de mi hipoteca y de mi tarjeta de crédito, entonces, en adelante ya no se harán por débito automático. Llegarán a su banco cheques en un sobre, dirigido personalmente y en forma confidencial a un empleado de su banco que usted debe nombrar a la brevedad.
Tenga en cuenta que abrir un sobre dirigido a otra persona se trata de un delito, con arreglo a la Ley Postal. Adjunto un juego de formularios que su empleado elegido deberá completar. Lamento que requiera ocho páginas pero, como Ud. comprenderá, necesito saber tanto de él o ella como su banco sabe acerca de mí. No hay otra alternativa.
Tenga en cuenta que todas las copias de su historial médico deben ser refrendadas por un Notario Público, y los datos obligatorios sobre su situación financiera (ingresos, deudas, activos y pasivos) deben ser acompañados de pruebas documentales. A su debido tiempo, a mi conveniencia, proporcionaré a su empleado un número de Seguridad (PIN) que él/ella debe citar para tratar conmigo.
Lamento que no puede ser inferior a 28 dígitos, pero, de nuevo, me he inspirado en el número de botones que me requieren a mí para acceder a mi cuenta en vuestro servicio banca telefónica. Como se suele decir, la imitación es la forma más sincera de adulación. Por eso, permítame nivelar el terreno de juego aún más.
Cuando me llamen, pulsen los botones de la siguiente manera:
Inmediatamente después de discar mi número de teléfono, presione
* para conversar en español. A continuación, pulse:
# 1. Para hacer una cita conmigo
# 2. Para consultar sobre algún pago faltante.
# 3. Para transferir la llamada a la sala de mi casa en caso de que yo esté allí.
# 4. Para transferir la llamada a mi habitación en caso de que esté durmiendo
# 3. Para transferir la llamada a la sala de mi casa en caso de que yo esté allí.
# 4. Para transferir la llamada a mi habitación en caso de que esté durmiendo
# 5. Para transferir la llamada a mi baño en caso de que esté atendiendo a la naturaleza.
# 6. Para transferir la llamada a mi teléfono móvil si no estoy en casa
# 7. Para dejar un mensaje en mi ordenador. En este caso, una contraseña será necesaria. La contraseña será comunicada a su empleado una vez que haya cumplido los requisitos ya descriptos.
# 8. Para volver al menú principal y escuchar nuevamente las opciones 1 a 7.
# 9. Para presentar una queja o una pregunta general. En este caso, el contacto quedará en suspenso, a la espera de mi atención. Si bien esto puede, en ocasiones, ocasionar una larga espera, escuchará música mientras dure la llamada.
# 7. Para dejar un mensaje en mi ordenador. En este caso, una contraseña será necesaria. La contraseña será comunicada a su empleado una vez que haya cumplido los requisitos ya descriptos.
# 8. Para volver al menú principal y escuchar nuevamente las opciones 1 a 7.
# 9. Para presentar una queja o una pregunta general. En este caso, el contacto quedará en suspenso, a la espera de mi atención. Si bien esto puede, en ocasiones, ocasionar una larga espera, escuchará música mientras dure la llamada.
Lamentablemente, pero de nuevo siguiendo su ejemplo, comunícole que también deberé cobrar una tarifa afines de sostener el funcionamiento de estas nuevas disposiciones.
Su humilde cliente.
Y recuerde: no haga que la gente vieja se vuelva loca. No nos gusta estar viejos, por lo que no hace falta mucho para irritarnos.
viernes, 4 de noviembre de 2011
CANDIDATO
Anoche, (3 de noviembre) estuve viendo el programa de Leo Zuckermann y Javier Tello titutlado "Es la hora de opinar" - 22 hrs. en el Canal 4 de TV abierta. Es un programa que me gusta y generalmente resulta fresco aunque de repente se cuele uno que otro opinador aburrido. Leo es inteligente, lleva bien pensado su objetivo y lo dice como se le ocurre -que a veces podría resultar imprudente y es lo que me gusta- y Javier que está en su papel de chico serio e informado que le hace la contra -el clásico niño que odiaste en la escuela que todo lo sabe y siempre levanta la mano antes que nadie.
El programa de anoche fue singular ya que el entrevistado fue Marcelo Ebrard al que tanto Zuckermann como Tello preguntaron de todo: sobre la ciudad -en la que hubo ratos largos en los que me hubiera encantado estar presente para increparlo sobre mi barrio- sobre su ideario sobre la izquierda moderna, sus diferencias con AMLO y la necesidad de una izquierda unida ("Soy un firme creyente en la racionalidad en la política") y sus razones para querer ser presidente.
Siempre claro y sin ambajes, Ebrard, que no es la epítome del carisma, mostró su inteligencia y sus conocimientos. Desde las razones para hacer de nuestra ciuda un espacio en construcción invivible con las que me convenció en un 90% hasta la famosa -para nosotros- encuesta que levantarán tres compañías y su selección para determinar el candidato de una izquierda unida -cosa que está por verse- evadiendo siempre una confrontación con Andrés Manuel López Obrador.
En el panorama actual del país, la entrevista debería de verse mil veces. Entiendo que la ciudad de México no es del interés de todos los mexicanos pero sus pensamientos acerca de la presidencia de la República, y lo que dice el jefe de gobierno de la capital si debe ser del interés de México entero.
Si me preguntan hoy por quién votaría yo el próximo 2 de julio de 2012, diría que por Marcelo Ebrard.
Mi cabeza me dice que difícilmente va a estar en las boletas. Tampoco estará Beltrones, que es sin duda el más inteligente del revolucionario institucional.
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