domingo, 20 de octubre de 2013

DE ENFERMEDADES

Hace algunos años tuve el gusto de presentar mi libro Transición - Envejecer no es para cobardes, en un lugar encantador de Tepoztlán llamado La Sombra del Sabino. Allí estuvo Ruth Davidoff una maravillosa mujer que dejó inolvidables recuerdos a sus muchos amigos.
El libro presentado lo escribí durante muchos años y a medida que me fui dando cuenta de mi transición a la vejez o mayoría de edad. Incluso adopté el adjetivo calificativo de cronológicamente dotados que encontré en un libro que nunca pude reencontrar para dar crédito a su autoría.
Como por fuerza tenemos que cruzar un puente que va de una juventud pujante o una plenitud hacia una declinación que llevará a la vejez, fui dándome cuenta de las piedras que la transición ponía en mi camino -los cambios físicos, la falta de trabajo y amenaza de la jubilación, una salud mermante, la soledad de los mayores y las posibilidades de romances y sexo.
Ante un público más bien mayor de 65 años, probablemente me detuve demasiado tiempo en la dureza que imponía la necesidad de trabajo y la sombra de la jubilación. Ruth entonces se hizo presente diciéndome que en la vejez lo más importante era la salud y no la necesidad de tener trabajo.
Pero, todo lo que somos y hacemos cuando llegamos a la vejez, se lo debemos a lo que hicimos cuando fuimos jóvenes, contesté. El trabajo y tener una seguridad, un ahorro para los años que viviremos de mayores nos permitirá tener una salud mejor atendida.
Hoy me encuentro yendo al hospital visitando a enfermos de mi edad y conozco cada vez más casos  que me llevan a pensar que Ruth también tenía razón.
Los jóvenes tienen que ahorrar -de su trabajo- para tener un seguro que les permita atender sus enfermedades en la vejez y, sin duda, las enfermedades se harán más presentes que en sus años mozos.

Además, y por si interesa, está para publicarse una segunda edición corregida y aumentada del libro que ahora detenta el título de Envejecer no es para cobardes quitándole lo de Transición que parecía molestar a algunos.
De manera que aquí hay una autora en busca de un editor.
 

martes, 15 de octubre de 2013

LA RENUNCIA

Mi otrora marido siempre señalaba que la renuncia la tenía en la bolsa. No era una amenaza pues a la menor provocación lo cumplía y debo decir que  sigo respetándolo por eso.
Hoy no entiendo por qué el Sr. Boehner no ha renunciado.
Mi hija Eugenia -que vive en Boulder, Colorado- me dice que este personaje sirve como freno para los sátrapas del Tea Party que pretenden llevar no sólo a Estados Unidos sino a todo el mundo a la goma, por decirlo finamente.

Desde luego, yo pienso que este hombre, que entró a la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense llorando, debe irse llorando pero ya. Ser rehén de los Cruz y Palin es lo más abyecto que puede verse en estos días.


martes, 8 de octubre de 2013

¿HISTORIA DE TERROR?

Supongo que la mayoría de quienes esto lean -que deben ser muy pocos- están al tanto de lo que está sucediendo en el vecino país del norte. Probablemente, estos pocos no pueden dejar de preocuparse esto y lo que esto significa para todo el mundo, el nuestro para empezar.
Por un lado, Estados Unidos es el único país rico que no tiene cobertura universal de salud para sus habitantes. Muchos de los menos ricos la tienen o buscan tenerla en la medida de sus posibilidades.
Al respecto, quienes leen los diarios y ven la televisión están al tanto de que un grupo de congresistas del tea party, conservadores radicales, se oponen furiosamente a la ley que permite a los ciudadanos adquirir un seguro al alcance de sus bolsillos, Obamacare les ha dado por llamarla y han tratado, sin reparar en gastos o comerciales, de quitarle el presupuesto. Es más, están decididos a vetar cualquier cosa que salga del presidente Obama. Como consecuencia, desde hace una semana, el gobierno estadounidense está semi cerrado y por ahora, muchos burócratas se han quedado sin sueldo y muchos otros han visto reducidas sus pensiones.
Ahora, resulta curioso -por no decir dramático- que este grupo de congresistas hayan decidido dejar de pagar las deudas de su país porque no las consideran importantes o necesarias para sus acreedores. Con ello, plantean a su país y al mundo un peligro inminente. Como Estados Unidos no puede endeudarse por encima de un tope pre establecido sin la anuencia del congreso, el endeudamiento necesario para el  pago a los deudores del país más rico del mundo vence el próximo 17 de octubre, esto es, dentro de 9 días.
Pendientes de los discursos de Boehner y Obama, los analistas bordan distintos escenarios. ¿Tendremos una nueva depresión? ¿Apocalipsis? ¿Se arreglará el asunto en el último momento? ¿Qué nos dice la bolsa de valores?
Seguiremos pendientes del sainete o, más bien dicho, del dramón.