martes, 15 de octubre de 2013

LA RENUNCIA

Mi otrora marido siempre señalaba que la renuncia la tenía en la bolsa. No era una amenaza pues a la menor provocación lo cumplía y debo decir que  sigo respetándolo por eso.
Hoy no entiendo por qué el Sr. Boehner no ha renunciado.
Mi hija Eugenia -que vive en Boulder, Colorado- me dice que este personaje sirve como freno para los sátrapas del Tea Party que pretenden llevar no sólo a Estados Unidos sino a todo el mundo a la goma, por decirlo finamente.

Desde luego, yo pienso que este hombre, que entró a la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense llorando, debe irse llorando pero ya. Ser rehén de los Cruz y Palin es lo más abyecto que puede verse en estos días.


No hay comentarios: