En el Barrio de San Juan sonaron los cuetes. Nada raro: suenan a menudo sin importar el motivo. Puede ser el cumpleaños de algún vecino, carnavales, fiesta nacional o fin de año.
Y el sábado pasado -29 de agosto-, los estruendos fueron acompañados de una banda. Tampoco raro: no era día de San Juan, ni de San Antonio pero si usted quisiera, la puede contratar para la boda de su hija.
Lo raro fue la cadencia, el llanto de los tambores y las trompetas, la repetición del mensaje que nos daban.
Acompañado de familiares, compañeros y demás dolientes, un féretro recorría la Calle de San Juan.
A caballo, el hijo adolescente del Presidente de la Asociación de Ganaderos presidía el cortejo.
Don Marco había sido asesinado el día anterior.
Y el sábado pasado -29 de agosto-, los estruendos fueron acompañados de una banda. Tampoco raro: no era día de San Juan, ni de San Antonio pero si usted quisiera, la puede contratar para la boda de su hija.
Lo raro fue la cadencia, el llanto de los tambores y las trompetas, la repetición del mensaje que nos daban.
Acompañado de familiares, compañeros y demás dolientes, un féretro recorría la Calle de San Juan.
A caballo, el hijo adolescente del Presidente de la Asociación de Ganaderos presidía el cortejo.
Don Marco había sido asesinado el día anterior.