Buscaba un melodrama para incluir en el título de esta entrada. Como a veces se me ocurre primero el título y luego el texto que quiero escribir, me parecía que sonaría mejor. No lo encontré. En este país, lo grave es tremendamente serio y lo demás es risa loca. De melodrama nada y podría tener cierta gracia que lo hubiera.
Más impuestos, alzas a servicios públicos y gasolina, despidos y demás son cosa seria. Más aún si se toma en cuenta que no se anuncian gastos, inversiones en infraestructura, o alguna genialidad que revierta el sino de México.
No nos ponemos a llorar de tiempo completo porque los sainetes se suceden minuto a minuto; día tras día. Un cantate-predicador boliviano secuestra un avión acompañado del Padre y el Espíritu Santo; un delegado electo descerebrado que se columpia en la indecisión de gobernar o cumplir con su palabra de dejar el hueso a la entenada del Preciso Peje; un "presidente legítimo" que prohibe leer o escuchar a quienes lo critican; y 10 juanitas que cubrieron la campaña para taparle el ojo al macho y de inmediato renuncian a la curul.
Bueno, pensándolo bien, esto último bien podría considerarse un melodrama.
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