La violencia que aqueja al país no puede ser más preocupante, nos decimos. Pero hay un pero peor que apunta, entre otros, René Delgado en su artículo del diario Reforma del pasado 24 de septiembre.
Antes de leer este artículo, titulado "Tentación Fascista", había asistido a un par de reuniones en las cuales, personas de todo mi respeto y afecto me decían -palabras más, palabras menos-: "la culpa la tiene la Comisión Nacional de los Derechos Humanos". A partir de esta frase, procedían a abogar por arrasar comunidades enteras de posibles delincuentes, narcos, asesinos, matones, secuestradores, etc.. El que no sepa lo que esto significa sugiero que lea y lea mucho: guardias blancas, grupos parapoliciales ¡drones!, y lo demás que se le pueda ocurrir de regímenes autoritarios o dictatoriales.
¿Alguien se acuerda de la Constitución? Hablo de presidentes municipales, gobernadores y el mismo Señor Presidente.
René Delgado lo llama
"tentación fascista, oculta por el manto de una doble premisa: no hay mejor criminal que el criminal muerto; si de acabar al crimen se trata, derechos y libertades son una minucia. Esa premisa exige dar por cierta una simple presunción: todos los muertos son criminales y todas las víctimas de abusos deben tenerse por sospechosas. Exige ser cómplices de algo que, a la postre, provocará una herida difícil de sanar y olvidar.Y sí: "Ahí están esos signos, no pueden ignorarse o disfrazarse."