domingo, 4 de diciembre de 2011

YAUTEPEC MÁGICO

Entre La Montaña Mágica de Thomas Mann y el hospital de San Rafael (en España)  cuyo director era mi tío Joaquín Márquez me siento la tísica que respira el aire puro de mi jardín abrigada de pies a cabeza.  Hace friíto. Leo un libro de Philip Kerr cuyo asesino resulta genial y, por si fuera poco, escucho los Impromptus de Schubert y me regodeo en las nochebuenas -aquí Pascuas- que embellecen el ambiente.
¿No les da envidia?