La historia vuelve a repetirse, como dice la canción. No será el mismo tono pero el trasfondo resulta parecido.
Acabamos de enterarnos de que el gran héroe estadounidense David Howell Petraeus, general de 4 estrellas con más de 37 años de servicio en la armada del vecino país, que no recibía más que elogios de presidentes y conocedores de la política de Estados Unidos, acababa de renunciar.
¿Por qué? Cuestión de faldas. La susodicha es su biógrafa, conoce su correo electrónico personal y, se supone, muchos secretos. Además, el general tenía otros quehaberes, con lo cual el asunto tiene más aristas.
Los latinoamericanos y europeos, nos decimos que estos gringos son más puritanos que Lutero.
Pero nos llega una explicación digna de tomarse en cuenta: con su pecadillo, el general, ayer Director de la CIA, es susceptible de chantajes y poseedor de información de gran importancia para la seguridad de su país.
Y sí, hace casi 50 años John Profumo, protagonizó un soberano escándalo en la Inglaterra de antaño.
En1963, Profumo era ministro de Guerra del Reino Unido y se supo que había tenido una relación con una chica medio corista llamada Christine Keeler ligada a un conocido espía soviético de nombre Eugene Ivanov. Él lo negó todo pero acabó renunciando a su puesto.
El caso que hoy ocupa a Estados Unidos, no parece haber espías soviéticos o de Al Qaeda, pero, podría haber algún problemilla y, por si acaso, el General Director de la CIA también renuncia a su puesto.
Termino con un cuento que recuerdo de hace 50 años:
Resulta que Profumo y Churchill van caminando en una playa nudista y se encuentran con un grupo que podría reconocerlos.
Con una toalla, Churchill se tapa la cara y Profumo sus partes nobles.
Extrañado, Profumo le pregunta a Sir Winston por qué se tapa la cara y el antiguo Primer Ministro le contesta: "Cada quien se tapa lo que le conocen".
