miércoles, 30 de abril de 2014
lunes, 28 de abril de 2014
ME ECHARON LOS PERROS
Con este título voy a tener varios lectores: los que me mandan buenos deseos y los que no lo creen ni medianamente posible. . . pero es cierto.
Resulta que camino -o volando- a Madrid hace unas semanas, con mi maleta de mano de menos de 10 kg. y mi bolsón, los perros amenazantes que buscan toda clase de elementos nocivos en los viajeros se pararon frente a mi husmeando todo. (¡Con el miedo que me dan a mi los perros. . .hasta los falderos!)
Pues sí, el personaje que los llevaba prudentemente con una correa se paró frente a mí y me llevó ante los aduaneros. Renglón seguido se apareció otro personaje -también amable- que me preguntó qué llevaba yo en la maleta y me pidió que abriera todo.
Ya el asunto me preocupó más. Lectora como soy de las novelas policiacas estaba segura de que algún sujeto me había introducido algo indebido -lo que fuera- en la terrible maleta. ¿Sería una bomba, una pistola, heroína. . .? ¿Qué diablos llevaba yo en la maleta para que los sabuesos hicieran que toda la cola del avión se parara a mirarme con horror?
Más pronto que tarde resultó que el objeto del delito eran mis medicinas, pues llevaba ahí alojadas -como aconsejan los médicos- las necesarias para las 2 semanas y media que duraría el viaje.
Había más: ¿dónde estaba la receta de las mismas? Jamás me la había pedido y miren ustedes que llevo tiempo viajando con ellas.
Viéndome la cara de asombro o contrición -o edad- me señalaron que debía llevar la receta siempre conmigo, de manera que junto al pasaporte, ya lo sé, hay que llevar la receta médica.
¡OTRA COSA QUE HAY QUE RECORDAR!
Resulta que camino -o volando- a Madrid hace unas semanas, con mi maleta de mano de menos de 10 kg. y mi bolsón, los perros amenazantes que buscan toda clase de elementos nocivos en los viajeros se pararon frente a mi husmeando todo. (¡Con el miedo que me dan a mi los perros. . .hasta los falderos!)
Pues sí, el personaje que los llevaba prudentemente con una correa se paró frente a mí y me llevó ante los aduaneros. Renglón seguido se apareció otro personaje -también amable- que me preguntó qué llevaba yo en la maleta y me pidió que abriera todo.
Ya el asunto me preocupó más. Lectora como soy de las novelas policiacas estaba segura de que algún sujeto me había introducido algo indebido -lo que fuera- en la terrible maleta. ¿Sería una bomba, una pistola, heroína. . .? ¿Qué diablos llevaba yo en la maleta para que los sabuesos hicieran que toda la cola del avión se parara a mirarme con horror?
Más pronto que tarde resultó que el objeto del delito eran mis medicinas, pues llevaba ahí alojadas -como aconsejan los médicos- las necesarias para las 2 semanas y media que duraría el viaje.
Había más: ¿dónde estaba la receta de las mismas? Jamás me la había pedido y miren ustedes que llevo tiempo viajando con ellas.
Viéndome la cara de asombro o contrición -o edad- me señalaron que debía llevar la receta siempre conmigo, de manera que junto al pasaporte, ya lo sé, hay que llevar la receta médica.
¡OTRA COSA QUE HAY QUE RECORDAR!
ESTÁ EN NUEVA YORK
Entre los miles de artículos escritos y recuerdos enviados por los amigos recojo estos dos que me parecen hoy pertinentes. El primero me lo envía Etha Schmieder y el segundo un recuerdo de Tamara Trottner
VIAJAR
Viajar es marcharse de casa,
es dejar los amigos
es intentar volar;
volar conociendo otras ramas
recorriendo caminos
es intentar cambiar.
es dejar los amigos
es intentar volar;
volar conociendo otras ramas
recorriendo caminos
es intentar cambiar.
Viajar es vestirse de loco
es decir "no me importa"
es querer regresar.
Regresar valorando lo poco
saboreando una copa,
es desear empezar.
es decir "no me importa"
es querer regresar.
Regresar valorando lo poco
saboreando una copa,
es desear empezar.
Viajar en sentirse poeta,
escribir una carta,
es querer abrazar.
Abrazar al llegar a una puerta
añorando la calma
es dejarse besar.
escribir una carta,
es querer abrazar.
Abrazar al llegar a una puerta
añorando la calma
es dejarse besar.
Viajar es volverse mundano
es conocer otra gente
es volver a empezar.
Empezar extendiendo la mano,
aprendiendo del fuerte,
es sentir soledad.
es conocer otra gente
es volver a empezar.
Empezar extendiendo la mano,
aprendiendo del fuerte,
es sentir soledad.
Viajar es marcharse de casa,
es vestirse de loco
diciendo todo y nada en una postal.
Es dormir en otra cama,
sentir que el tiempo es corto,
viajar es regresar.
es vestirse de loco
diciendo todo y nada en una postal.
Es dormir en otra cama,
sentir que el tiempo es corto,
viajar es regresar.
Cuando Teodoro Cesarman murió, Gabo vino a dar el pésame. Se nos fue un precioso hombre, le dije y él me respondió: mis amigos no mueren, se van a Nueva York.
lunes, 21 de abril de 2014
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