miércoles, 14 de mayo de 2014

EN MADRID

Durante mis dos semanas y pico en Madrid ninguno de mis parientes o amigos cree que estoy allí sólo por estar allí. Mi prima Marisa inmediatamente ve ofertas tentadoras del Corte Inglés para mandarme a Capadocia (5 días y 4 noches por sólo 265 euros) y a Londres que está tirado de barato. Ciertamente ambos viajes son muy tentadores pero yo iba a Madrid y a verlos a ellos. ¿Será que no quieren verme?, me dije con cierto desconcierto y resentimiento.
Ya con esa mosca en la oreja decidí no hacerles caso y eso hice: verlos.
Llegué un viernes justo a tiempo para ir a "la comida de las niñas".


Con eso de que las niñas hablan todas al mismo tiempo, el nivel del ruido es un tanto insoportable si no fuera por que estoy allí con ellas. 
Con las dolencias propias de la edad veo ya varios bastones. Pero eso no obsta para que sigan planeando viajes -que es lo que suelen estar haciendo ad perpetuam sacando sus móviles y enseñando fotos de los últimos.


También observo que una proporción preocupante, ha vendido su piso o está buscando venderlo para alquilar alguno más modesto y probablemente peor ubicado. No pregunté, como debí haber hecho, qué iban a hacer con el dinero que les habían dado por el antiguo si en España no parece haber donde invertir cantidades finalmente modestas. ¿Les alcanzará para completar su pensión hasta el fin de sus días? Son cosas que le preocupan a uno cuando llega a cierta edad.
Pese al jolgorio que no acaba nunca en esa ciudad, el descontento permea. No olvidemos que el 28% está en el paro.
 
 

¿NOVELA O REALIDAD?

   Durante mi estancia en Madrid -que he estado comentando- los amigos que saben algo de esto me hablaron del libro de Pilar Urbano que estaba por salir a la venta. Según ellos debía leerlo porque, aún cuando ellos juraron que no lo leerían porque no confiaban en la autora, no les cabía duda de que sería interesantísimo e importante.
¿De qué se trata?, pregunté.
Del golpe de Tejero, me señalaron.
Para mí, que el libro más interesante y mejor escrito sobre el asunto es el de Javier Cercas Anatomía de un Instante, resultaba curioso que, aún antes de su publicación, suscitara tanto interés este documento.
Y sí, los 250 mil ejemplares tirados semanalmente se han ido agotando puntualmente.
Ante semejante agresión editorial, y dado que lo único que no puedo resistir es la tentación, me lancé a adquirir este tomo de 863 páginas. Voy casi por la mitad y confieso que su lectura me ha sido entretenida.
Ahora bien, críticas han habido todas. Por ejemplo, en su larga argumentación Roberto Muñoz Bolaños indica que
 
  contemplado historiográficamente, el libro en cuestión presenta tres importantes problemas: su dudosa metodología, su desconocimiento de las Fuerzas Armadas del periodo 1975-1981 y su erróneo planteamiento del golpe de Estado del 23-F.
 
Abrevio:

1. Ausencia de cualquier tipo de crítica sobre las fuentes utilizadas.
2. Cita fuentes que no ha consultado y, lo que es más llamativo, que no existen.
3.Reconstruye hechos históricos a partir de fuentes donde esos acontecimientos no están relatados.
4. Recrea acontecimientos históricos sin apoyarse en ninguna fuente.
 
Sobre "el erróneo planteamiento del golpe de Estado del 23-F", probablemente lo que ha dado más que hablar es la de que 
. . . el rey apoyó y amparó esta operación, facilitando su desarrollo, especialmente su aceptación por los principales dirigentes políticos. Según Urbano, su actitud obedecía a su enemistad con Suárez y al temor de que se produjera un golpe de Estado que pusiera en peligro la Corona, ya que tanto Armada como Cortina le informaron de que había varias operaciones involucionistas en marcha, que se desencadenarían en mayo de 1981 (pp. 488-492 y 532).
Por último, amén de sugerir que se revise Google si interesa la infinidad de críticas hechas a este documento, me gustó la lectura de la esgrimida por Rafael Latorre, Subdirector de Zoom News, y me lleva a recomendar este librote:
 

El lector jamás llegará a saber si buena parte de lo que está leyendo son hechos, aproximaciones, intuiciones, suposiciones, versiones o ficciones.  El resultado es una narración tan verosímil que no hay quien se la crea.  
Una novela, vamos.

miércoles, 7 de mayo de 2014

MADRID

 
Si tienes la suerte de ir paseando por la Calle de Goya en Madrid (después, claro, de acudir al sitio de presentar credenciales o tarjeta de crédito, léase El Corte Inglés), en la esquina con Lagasca te vas a encontrar con este expendio que hace esquina donde dos jóvenes se dedican a hacer alteros de bocadillos de jamón -serrano, claro está. Desgraciadamente, la foto la tomé cuando se habían terminado unas dos o tres torres de lo que aquí se ve, pero les aseguro que es impresionante.
Si eres uno de los que se resisten a la tentación, no eres de los míos.