De paseo.
Aprovecho la estancia de mi hijo en Nueva York para estar con él y su hijo además gozar la feliz coincidencia de que mi nieto mayor, Rodrigo, se instala aquí mismo para empezar su vida laboral como paralegal -palabra que me hace pensar en series gringas de televisión- y que su madre, mi hija Eugenia, se ha desplazado para ayudarlo a montar su pequeñísimo departamento. ("Por supuesto que puedes venir, abuela, me dice Ro. Sólo te aviso que está en un sexto piso y no hay elevador." Ya con eso es bastante para mi edad.)
Yo que me precio en conocer esta ciudad, voy como primeriza en la gran ciudad (o manzana). Conozco poco o nada de lo que me cuentan y visito. Hoy por la tarde fue EATALY, lugar absolutamente fascinante. Olvídense del Chelsea Market.
Al salir, mientras apenas si reparamos en un buen concierto, admiramos Echo, el espléndid monolito del catalán Jaume Plensa en MAD. SQ.
Cansada, como estoy, reparo en que sólo estaré aquí tres días más y me faltan mil cosas nuevas por ver además de visitar mis viejos y queridos lugares.
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