La Met de Nueva York atinadamente denomina su producción de la Isla Encantada un pastiche del barroco. Con música de Handel, Vivaldi, Rameau y Leclair, Jeremy Sams une El Sueño de una Noche de Verano y La Tempestad en una fiesta para un público feliz que celebró allí el año nuevo -o se congratuló con la "gala" el fin de un año por demás difícil.
Las voces magníficas de Joyce Di-Donato -la hechicera Sycorax- y Danielle de Niese que hace el papel de Ariel, el hada esclavizada por Próspero, sin duda son las más destacadas de esta ópera que se presentará próximamente en el terrible Auditorio Nacional que muchos celebran y otros odiamos.
Ya que la trama Shakesperiana resulta fácil de seguir, confieso que me hubiera gustado enterarme del engarce de la música. Bien puede identificarse a Handel y a Vivaldi la mayor parte de las veces, pero difícilmente se ubican los cambios a los demás músicos que figuran en la trama barroca.
La presencia escénica de Plácido Domingo resulta por demás imponente. Como un Neptuno que nada tiene que ver con las dos obras de Shakespere que se unen en el libreto, aparece para desfacer entuertos y unir a los que deben estar unidos.
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