miércoles, 13 de marzo de 2013

INDIA I

PLANEACIÓN


La suerte de tener amigos embajadores te calienta un poco la cabeza. Si el amigo es Jaime Nualart y es embajador en India donde jamás has estado, la tentación es lo que nunca debes resistir.

No obstante, la tentación exige un compromiso: tienes que hacer la tarea. India  se dice rápido pero la enormidad del país y su tremenda riqueza cultural y social no es como aquello de que si es martes debe ser Bélgica. Hay que estar un buen tiempo y pensar lo que mejor puedes hacer con el tiempo -y el dinero-
disponible para que el viaje sea lo que siempre soñaste hacer.

Por ejemplo, el primer itinerario de la agencia seleccionada para contar con los transportes y guías necesarios nos sugería un viaje que, después de dos aviones que nos llevarían de México a la India vía París y una llegada a Delhi alrededor de media noche, nos metía en otro avión que salía a Mumbai a las seis de la madrugada. Con los años que sumamos mi amiga Elena y yo, pensé que lo que querían era arrojar nuestras cenizas en el Ganges.

Por fortuna y la ayuda de Su Excelencia, el viaje cobró cierta racionalidad, y digo cierta, porque sin duda hubo varios yerros sólo atribuibles a nuestra falta de inexperiencia. Que conste que  estas turistas estamos bastante viajadas (y viejadas) pero las experiencias siempre son nuevas.

¿Y la India? Si te embarcas en una aventura como esta debes ver la película del Marigold Hotel among other things. Para empezar no hay que creerle a lo que se dice en internet sobre las maravillosas instalaciones en que vas a estar alojado, ni sobre lo que esperas de cajón en tu cuarto. Yo acabé por reírme y, dar gracias a Dios que estaba Elena para ponerse enérgica y exigir mejor trato y compromiso En las impresiones de otr .os visitantes se observa adoración o repulsión. ¿A quien le íbamos a hacer caso?
A nadie: hay que constatarlo personalmente.

Y así empezó nuestro viaje.
 




















 

No hay comentarios: