La primera plana del periódico Reforma reza hoy, 11 de julio, "Desafía vejez al País". ¡Ojalá nos afiliemos al movimiento que los españoles han llamado la revolución de los jubilados!
¿Revolución? Mejor
palabra no puede haber pues significa un vuelco en el quehacer del individuo: a
los sesenta y tantos años, los adultos mayores están volviendo a la escuela,
convirtiéndose en empresarios, iniciando labores voluntarias o simplemente
trabajando en lo que ahora se llama la segunda mitad de la vida.
Reviso nuevamente el trabajo que inicié hace una década y pretendo publicar la segunda edición -corregida y aumentada- del mismo. Este librito, titulado Envejecer no es para cobardes, pretende hacer conciencia en que después de los 60 años y más aún hay mucho por hacer y, probablemente a manera del self help book, indica el qué y el cómo hacerlo de acuerdo con los estudiosos del tema.
Confieso que más que el interés que estos capítulos puedan tener para aquellos que están por llegar a estos años, a la jubilación o al aislamiento, y la ayuda que les pueda prestar, me interesaría que lo leyeran los más jóvenes; aquellos que pueden tomar providencias, prepararse, ahorrar, hacer ejercicio, cuidar su salud, etc..
Difícil cometido. Es difícil que el joven que se cree que lo sabe todo mejor y con mayor rapidez que el mayor que pretende asesorarle, tenga interés en este libro, de manera que si quien me lee puede aconsejarme cómo llegar a quienes tienen la vida por delante y creen que así estarán siempre, agradecería el consejo. Les hace falta.
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