El complot es obvio: la barda es fácil de saltar; nadie lo vio atravesar el cesped que va desde la barda hasta la entrada; el Servicio Secreto en pleno estaba ocupado leyendo sendos mensajes de texto en sus Iphones; por ruidosa, la alarma estaba silenciada; la puerta de entrada estaba abierta; con su puñal favorito en el cinto, Omar Gonzalez, el intruso, se impuso fácilmente a la vigilante de 200 kilos (lo del peso me lo invento) apostada en el segundo nivel de la Casa Blanca, esto es, los aposentos privados del Presidente Obama atravesando el famoso East Room lugar de recepciones del recinto alcanzado la puerta del Green Room donde finalmente fue tacleado.
De acuerdo con el Washington Post, Gonzalez ha sido la primera persona que ha logrado brincar la barda y entrar en la casa presidencial.
Con la actuación de algún taquillero conocidísimo como los arriba mencionados, contamos con los elementos del complot para la próxima película que seguiremos con atención y zozobra. Poco a poco, a lo largo de una hora y media nos iremos enterando de quien fue el personaje que quiso matar al presidente y toda su familia y nuestro actor favorito va a infiltrar corporaciones ultra secretas que nos conducirán a: el Servicio Secreto; la CIA; el Departamento de Estado o, claro está, a Al Qaeda e ISIS. También podría resultar que es algún republicano o amigo del Tea Party como, por ejemplo Ted Cruz.
Ahí se los dejo.
Ahí se los dejo.