NUESTRA NUEVA DEMOCRACIA

Curioseaba la semana pasada con el asunto del espionaje ruso americano. Todo se sabe en este mundo traidor. Si a alguien le interesa lo que dices, dijiste o piensas decir, ten por seguro que habrá un micrófono, una cámara o un paparazi -si no es que un mesero- detrás de ti. Generalmente las cosas se quedan en los anales de los espiadores para hacer de ello lo que se quiera. Si eres un espía ruso, el asunto aparecerá meses después en primera plana del New York Times.

En México, somos privilegiados: hemos podido escuchar todas las trapacerías que son capaces de hacerse en voz de los protagonistas. . . y no pasa nada. Los gobernadores terminan su período de gobierno, nadie está en la cárcel y los líderes de los partidos encantados con sus marrullerías. El gober precioso tan tranquilo, el que le dice apá parece que va a encabezar el PRI, el veracruzano encantado porque la democracia le hizo justicia y el Oaxaqueño ¿qué?

Xochitl Gálvez es simpática, mal hablada, hincha del Cruz Azul y tiene la cabeza bien puesta. No obstante lo último, algo la llevo a creer en México y lanzarse a la gobernatura del Estado de Hidalgo.

De los dineros destinados al candidato oficial que superaron con creces los destinados a la campaña de Xochitl, de los acarreos, del bloqueo de medios estatales, de la compra directa de votos, de las despensas y hasta camiones de cemento destinados a votantes poderosos nos hemos enterado todos. El Instituto Electoral Estatal no ha dicho esta boca es mía. El PRI por supuesto tampoco.

¿Habrá otra Xochitl Gálvez que quiera entrarle a nuestra "nueva democracia"?