. . .pero empeora.
Van dos anécdotas:
PRIMERA.- Hace tres o cuatro décadas un mismo servidor público podía acceder a carteras tan disímbolas como Educación Pública, Comercio y Relaciones exteriores (Fernando Solana Morales), o el IMSS, Trabajo y Previsión Social, Educación Pública, Presidencia Nacional del Partido Revolucionario Institucional y Embajador de México ante la ONU (Porfirio Muñoz Ledo). No son los únicos con tantas distincciones.
Aquello llevo a Carlos Tello Macías a comentar que en México, no había chamba que no se pudiera aprender en 3 meses.
SEGUNDA.- En tiempos de Echeverría, las juntas en Los Pinos sobre lo que se le pueda ocurrir (o se le ocurría a Echeverría) se prolongaban hasta altas horas de la noche o incluso la madrugada. Además, varias podían programarse la misma noche en distintos salones.
En cierta ocasión el asunto era la ECONOMÍA, con lo cual una veintena de personas se hallaban reunidas en torno a una mesa. Varios buenos amigos procedentes de la Secretaría de Hacienda, el Banco de México, Nacional Financiera y la academia estaban presentes y las deliberaciones del caso resultaban de gran importancia.
No obstante, había un personaje que hablaba mucho pero que ninguno conocía. Dados los multiples cambios habidos, cada uno de amigos por separado pensaron que era un nuevo Subsecretario o Director General recién ingresado que no conocía aún.
Cual no sería su sorpresa cuando, a la salida, se enteraron que era el ¡Subsecretario de Medio Ambiente!
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