miércoles, 8 de febrero de 2012

TAPIES EN SU ESTUDIO

Leer que se ha muerto Antoni Tapies es leer la noticia de que se ha muerto un gran amigo. No es que lo fuera pero lo conocí en el estudio que se ve en la foto.
Iba con una misión: conseguir una exposición del maestro para el Museo Tamayo. La plática larga fue deliciosa y, en cuanto a mi misión, estuvo de acuerdo pues quería mucho a México y a Tamayo, pero propuso que fuera más adelante. Tenía enfrente varias exposiciones y sumarle una más representaba un esfuerzo que se antojaba sobrehumano. De cualquier manera me llevó a su Fundación para que la conociera, me ubicara en las distintas etapas de su pintura e hiciera un guión museográfico al respecto.
Mi misión de aquel momento se vio rebasada por el trabajo que me habían encomendado pues debía salir al día siguiente.
Pronto cambió la administración y hube de dejar la dirección del Tamayo para dedicarme a otros menesteres.
Lo de Tapies quedó para mí en el tintero aún cuando fue retomada un par de años más tarde para el Palacio de Bellas Artes y el amigo estaba finalmente aquí en México.
¿Por qué lo del amigo? Por todo lo que su obra representa para mí, por lo que me ha dejado, por lo que la quiero.

1 comentario:

La Pequeña Salvaje dijo...

Qué suerte... A mí también me fascina la obra de Tápies