Tones para los preguntones.
27 de marzo de 2012
Tengo para mí que al grupo de suscriptores de las “Preguntas cuyas respuestas podrían transformar a México”, documento publicado a plana entera en varios diarios de circulación nacional le ganaron las prisas ante la inminencia del inicio de la verdadera campaña electoral (la de ahora ha sido disfrazada, aunque por momentos muy burdamente, como en el informe presidencial de este día) y, tal vez, porque hasta ahora pudieron reunir la lana para pagar tales inserciones, que ciertamente no es poca.
Y digo que le ganaron las prisas al grupo, en el cual hay varios queridos amigos y muchas personas notables, porque no acabo de explicarme algunos faltantes casi inconcebibles en su cuestionario, pues si bien advierten que sus preguntas no son exhaustivas, hay aspectos que no debieron ser omitidos en el documento.
A continuación, y antes de que “quienes aspiran a la Presidencia de la República”, (entre los cuales no me cuento, por falta de registro, no de ganas) comiencen a hacer públicas sus respuestas, me atrevo a hacerles unas cuantas preguntas a los preguntadores, referidas de manera específica a algunos de los temas que les preocupan.
1. Seguridad, ejército, policía y Ministerio Público.
¿No sería necesario pedir que se haga una revisión profunda de los factores que inciden en la inseguridad, en toda su amplitud y complejidad, y analizar si hay sustento sólido para modificar la estrategia seguida por la actual administración para combatirla?
¿Será posible avanzar en materia de seguridad sin ese análisis o bastará con que se hagan ajustes a los dispositivos policíacos, militares y de procuración de justicia, lo que de alguna manera equivaldría a darle un voto aprobatorio a lo hecho en este campo en los últimos cinco años?
2. Educación.
Como en el tema anterior ¿será suficiente con mejorar o corregir lo meramente instrumental?
¿No resulta indispensable analizar, como lo han hecho algunos observadores[1], las razones y sinrazones del rechazo de las organizaciones del magisterio ante las medidas adoptadas por la SEP para evaluar a los docentes? ¿O el tema es cosa juzgada por los medios masivos de comunicación que, como en otros muchos casos, ya encontraron culpables y dictaron sentencia y han encontrado eco entre quienes sufren la afectación por las manifestaciones derivadas de ese rechazo, sin ahondar en las causas y alcances del problema que mantiene en vilo al aparato educativo?
3. México y el mundo.
También en este ámbito se advierte un alto grado de reduccionismo. ¿La reinserción de México en el escenario mundial tiene como único horizonte el libre comercio? Y, desde lo que debiera ser el obligado complemento, el espacio político, ¿será suficiente que México participe en operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU, sin procurar una presencia más activa en la solución de los problemas y conflictos que afectan la vida internacional en diversos puntos del planeta? ¿O es que resulta suficiente repetir Más México en el mundo y más mundo en México?
4. Las temas ausentes.
¿Por qué no se habla de la atención a la problemática de la salud? ¿O ya es suficiente con lo que se tiene?
¿En dónde queda la reducción hasta su eliminación del rezago en ciencia y tecnología?
¿A qué se debe que esté ausente de las preocupaciones del grupo la innovación y la formación para la sociedad del conocimiento, que constituyen el meollo de los avances de países que nos han rebasado, como Corea? ¿O, a poco, bastará con darle a cada niño una computadora conectada a la banda ancha?
¿Ni una palabra sobre la importancia del crédito, el rescate del campo o la protección y preservación de los recursos naturales?
Comentario final.
La lectura del documento, sugiere que fue elaborado pensando más en la coyuntura mediática que en forzar a los aspirantes a la Presidencia y a sus equipos, que son los que verdaderamente formularán las respuestas, a involucrarse a fondo en el urgente debate requerido para sentar las bases en busca de la transformación de México.
De veras, ¿la impresionante masa crítica reunida para respaldar el preguntario, no tuvo la posibilidad de afinar –no digo extender innecesariamente- sus planteamientos y tampoco consideró ampliar la convocatoria para tal respaldo a quienes tienen capacidad de aportar opiniones y propuestas desde el sur, el norte, el centro, el este y el oeste del país? Como suele decir Fray Bartolomé: es pregunta
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