miércoles, 15 de agosto de 2012

AGOSTOS EN "EL PAÍS"

Por muy preocupados que estén, los dichosos españoles, disfrutan de amplísimas vacaciones que, sin interrupción, dedican a olvidarse de todas sus preocupaciones, irse a la playa, platicar con los amigos, catalogar su colección de mariposas, hacer cruceros insólitos a Fiji o donde se les ocurra y leer lo que, aparte de ver cómo suda Rajoy con los problemas que les acogen tienen a su disposición gracias al diario El País que al respecto espero con ansia loca.
Desde un agosto en que Maruja Torres escribió diariamente una especie de crónica  titulada "Las Hogueras de Agosto" sobre los famosos que se paseaban por las playas de Marbella o Ibiza, entre estos Don Juan Carlos, Carolina de Mónaco, Sarita Montiel y demás. Conociendo lo que la Torres escribe, aquellos memorables artículos eran el Hola a lo bestia y gracias a ellos yo me moría de risa y me hacían el día.
Este agosto también empezó bien ya que, amén de un fantasma llamado Leandro que se aparece a los presidentes  en La Moncloa el 2 de agosto Juan José Millás nos recetó un artículo titulado "A ver si tienes los ´güevos´", en el que reta al editor del periódico a publicar su artículo sobre Belén Esteban e Isabel Preysler ya que las revistas del corazón no tienen mayor decoro para comentar su última  entrevista con Vargas Llosa.
Como para mí Belén Esteban es una ilustre desconocida agradezco que Millás me indique que es egiptóloga porque seguramente leyó en su momento Sinuhé el egipcio y que sale en Wikipedia, de manera que ya me enteré. De la Preysler no creo que me tenga que contar nada más.
Pero, para que su editor no se enfade y los lectores no se enfurezcan, Millás también cita a Rimbaud, Verlaine y Truman Capote y cito:

Quiere decirse que carecemos de parámetros para saber de qué se debe y de qué no se debe hablar en las mesas redondas de la Menéndez Pelayo o en las páginas de cultura de la prensa seria. Las jerarquías se han ido al carajo, no hay diferencias ya entre el gran arte y el arte popular, entre la democracia y Putin, entre los huevos estrellados y los huevos con patatas, entre la ópera y la zarzuela, ni siquiera entre la ciencia y la religión, todo vale, amigos. Vean, si no, a quién tenemos de ministro de Cultura.

¿No le suena?  ¿Se acuerda de cuando tuvimos en CONACULTA a. . .?

En fin otro buen agosto gracias al El País y a Juan José Millás.

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