sábado, 8 de septiembre de 2012

HACE MÁS DE 60 AÑOS


De acuerdo con algún comentarista que recientemente escuché, Jacqueline Kennedy dijo a su marido "Qué gusto que seamos demócratas. Nuestras convenciones son mucho más divertidas que las de los republicanos".

Las cosas han cambiado, pero en el sentido de las convenciones de los partidos del vecino país del norte, la cosa sigue igual. Pocas veces se habló de Mitt Romney en la Convención Republicana que es tan aburrido que ni siquiera sus seguidores lo mencionaron.
 
En contraste, en la Demócrata no se oyeron más que elogios desde los largos e inteligentes de Bill Clinton -que es una pica en Flandes- hasta la de un Diputado cuyo nombre no apunté -lleva todos los años en el Congreso y sufrió las patadas y vejaciones de la era previa a Martin Luther King- el estupendo discurso del gobernador de Masachusetts y el encantador que es Joe Biden, sin olvidar, por supuesto a Michelle Obama.

¿Qué pasará? Quien sabe. Es una moneda en el aire en una sociedad polarizada como todas.
 
 

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