Welcome to Sweden es una nueva serie de televisión de la cadena NBC de Estados Unidos (no muy buena) que empecé a ver el otro día y me llamó la atención. ¿Por qué?
La serie se ocupa de un contador neoyorquino muy exitoso que decide quemar sus naves para irse a vivir a Suecia con su novia -sueca, guapa y favorablemente empleada. A final de cuentas, como la novia trabaja, pues que lo mantenga.
En fin, allí, y mientras la novia termina de arreglar el departamento donde vivirán, deciden (ella) residir con la familia de la chica lo cual lleva a producir esta serie televisiva.
En esa idílica situación, empieza a conocer a la familia y a sus vecinos y amistades y se percata -muy suspicaz él- que todos odian a los gringos. Renglón seguido: se presenta como ¡canadiense!
Si eso les pasa a los suecos, que parecen no haber tenido ni un sí ni un no con el vecino país del norte, me digo . . .
Me hago mil reflexiones sesudas que no combinan con este domingo en la tarde.
La serie se ocupa de un contador neoyorquino muy exitoso que decide quemar sus naves para irse a vivir a Suecia con su novia -sueca, guapa y favorablemente empleada. A final de cuentas, como la novia trabaja, pues que lo mantenga.
En fin, allí, y mientras la novia termina de arreglar el departamento donde vivirán, deciden (ella) residir con la familia de la chica lo cual lleva a producir esta serie televisiva.
En esa idílica situación, empieza a conocer a la familia y a sus vecinos y amistades y se percata -muy suspicaz él- que todos odian a los gringos. Renglón seguido: se presenta como ¡canadiense!
Si eso les pasa a los suecos, que parecen no haber tenido ni un sí ni un no con el vecino país del norte, me digo . . .
Me hago mil reflexiones sesudas que no combinan con este domingo en la tarde.
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