jueves, 4 de septiembre de 2008

SARAH PALIN

Sigo ahora la Convención Republicana del vecino país del norte y me impresiona que, después de su discurso, muchos de los expertos o pundits hablan de ella como la promesa del partido republicano y probable futura presidenta de Estados Unidos. Dado el hechizo de que me confieso cautiva, estaba preparada para reirme de Sarah Palin, la guapa compañera de fórmula de John McCain pero, como muchos, nunca me imaginé lo que estaba por escuchar. Para empezar, no me gustó su voz que me recordó a la de Judy Holliday en la vieja película Born Yesterday (donde hacía el papel de una rubia supuestamente tonta pero listísima). Luego le aplaudí su chiste de que la diferencia entre un perro de pelea y una "hockey mom" era el lápiz de labios.
Pronto el discurso se vió plagado de insultos a Obama, algunos de ellos realmente ingeniosos como el de que "cuando se disipe la nube de retórica y calle el rugido de las masas; cuando las luces del estadio se apaguen y las columnas griegas de poliestireno se devuelvan al teatro de donde salieron, ¿qué programa tiene nuestro opositor? ¿Qué quiere realmente lograr cuando acabe de partir las aguas y sanar todos los males del planeta?"
Está claro que John McCain tiene 72, de manera que no es ningún pollito. Puede llegar a cumplir los 122 como la señora recién retratada en los diarios, pero igualmente puede morirse mañana como todos nosotros. Ahí es donde los chistoretes e insultos ya no hacen tanta gracia.
Si bien resulta lógica su postura de confrontación ante sus congéneres y la afinidad que tendrán con ella los habitantes de ciudades pequeñas y las mujeres trabajadoras con hijos y problemas similares a los suyos, aproximadamente el 90% de los 471 comentarios de los lectores del Opinionator que consulto en este momento son bastante sarcásticos en referencia a la candidata. Claro, diría Palin, vienen de los lectores del New York Times.
En su discurso en la Convención Demócrata, Al Gore, más tieso que nunca, tuvo a bien recordar a sus compatriotas que el padre de su patria, George Washington, prohibió la tortura de prisioneros de guerra porque traería vergüeza, deshonra y ruina a la nación. Junto a George Bush, Dick Cheney y John McCain, Sarah Palin acusa a Obama de preocuparse de que a los prisioneros no se les haya sometido a un juicio y avisado de sus derechos -no habló de tortura. Me imagino que también los pro-vidas, los miembros de la National Rifle Association y los creacionistas están encantados.
Lo cierto es que no habló para nada de los temas que importan a los norteamericanos: la economía, la educación, la seguridad social, Georgia y Pakistán brillaron por su ausencia y, ¡PECADO MORTAL!, se metió con los medios.
Ya se dijo que la contienda iba a estar cerrada, pero ¿a qué costo?

No hay comentarios: