Mi querido Jaime Avilés, el mismo que me hace los sábados en La Jornada, obviamente dedica su artículo de hoy a Mosiváis. A mí se me ha hecho muy difícil hablar sobre Monsi: no retengo en la memoria las miles de frases a bote pronto ante cualquier cantidad de reflexiones insensatas o sesudas sobre quien o qué se le ocurra. Por lo pronto, me hago eco de aquella de:
"pobre país en que los jóvenes intelectuales tienen más de 40 años".
Pero Avilés no se podía quedar en Monsiváis. Nos platica hoy sobre la presentación del último libro de (¿quién?, se pregunta con seguridad usted) Andrés Manuel López Obrador en Guadalajara ante un auditorio abarrotado, la huelga del SME, las próximas elecciones que se realizarán con "el mayor número de trampas" en 12 estados de nuestra República y, la Suprema Corte de Justicia.
Para él, como para muchos mexicanos y mexicanas, la Suprema está ahí para darnos sus excelsos dictados sobre cuestiones de ética, no para los nimios asuntos de las leyes y la Justicia, como su nombre lo indica.
¿No sería mejor, digo yo, pedirle estos juicios a cualquiera de las iglesias a las que se invoque?
P.D. Se me olvidaba: también habla de una telenovela que se me atravesó la otra noche en, "of all places", el Canal 11. Me recuerda Jaime que se llama Bienes Raíces. El diálogo rector del programa "muy acá" y para chavos, me figuro, es digno de mención por nuestra Academia de la Lengua. ¡NO MANCHES!, repiten cada dos segundos.
Lástima, podía haber sido causa de un fabuloso artículo de Monsiváis.
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