viernes, 12 de agosto de 2011

ALLANAMIENTO DE MORADA

Iñaki Olaizola comparte con amigos y conocidos "la crónica e imágenes de los tristes hechos que sucedieron la madrugada de hoy en casa de mis queridos padres, en la zona del Ajusco".

Sí, Efraín Bartolomé, poeta chiapaneco, fue objeto de una bestial entrada de un  grupo de hombres armados que buscaban a un narcotraficante.
Entendido que el problema es serio pero, ¿es esta la respuesta?

El poeta, gracias a twitter manda un largo mensaje a medida que se va desarrollando la epopeya:

Nos encerramos en el baño y busqué a tientas un silbato que cuelga de un muro sin repellar: comencé a soplarlo con desesperación, unas diez veces, quizá.
Mi mujer está llamando a la policía.
Les dice que están entrando a la casa, que vengan pronto por favor, que nosauxilien.
Yo sigo soplando el silbato con desesperación.
En la oscuridad, mi mujer se ubicó tras de mí mientras oíamos que la tranca de lapuerta se quebraba y los hombres entraban.
¿Tres,cuatro, cinco?
Quisecerrar la puerta del baño pero ya no alcancé a hacerlo.
Empujéunas cajas hacia dicha puerta y en algo estorbó los empujones.
“¡Abran la puerta! ¡Abran la puerta, hijos de la chingada...!” gritaban mientras empujaban y metían sus rifles negros hacia el interior.
Quisedetener la puerta con mis manos pero no tenía sentido: vencieron mi mínima resistencia y entraron.
Policías vestidos de negro, con pasamontañas y lo que supongo que serían “rifles de alto poder”.
“¡Al suelo! ¡Al suelo! ¡Al suelo, hijos de la chingada! ¡Al suelo y no se muevan!”
Uno de los hombres me da un manazo en la cabeza y me tira los lentes.
Alcanzo a pescarlos antes de que toquen el suelo.
Me quita el silbato.
−¡No golpee a mi esposo! –grita mi mujer.
−¡El teléfono! ¡Déme el teléfono! –le responde y pregunta si no tenemos otro teléfono o un celular.
Ella y yo nos arrodillamos primero y después nos medio sentamos en el suelo de cemento de este baño sin terminar.
Policías jorobados y nocturnos, como en el romance de García Lorca.
Quiénlo diría: aquí, en nuestra amada casa donde cultivamos y enseñamos la armonía.
Aquí...

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