En ocasión de su cumpleaños, Tomás -mi nieto- recibe la siguiente carta y procede a la búsqueda de un tesoro en compañía de sus amigos:
Yautepec, Nueva Vizcaya, a 16 de octubre de 1784.
Querido tatara-tatara nieto:
Me imagino que te extrañará que tu padre te dé hoy esta carta que ha estado celosamente guardada por todos tus ancestros esperando tu llegada y este festejo de tus ocho años de edad.
Hoy que te escribo me encuentro huyendo rumbo a Acapulco. Las poderosas tropas enemigas se acercan y no sé si habré de ver la luz de un nuevo día. Es por ello que en estas tierras he decidido esconder mi tesoro más preciado.
A tu padre le dejé mi sable que me acompañó en tantas batallas, pero mi tesoro tenía que mantenerse oculto por más tiempo. Sé que se avecinan siglos difíciles. Sólo después de 6 generaciones existirán las condiciones propicias para encontrarlo y mantenerlo a salvo de nuestros enemigos. Tatara-tatara nieto cuando cumplas ocho años de edad habrá llegado el momento justo para lograrlo.
Tengo esperanza que esta carta llegue a tus manos. Yo habré de dársela a mi hijo en cuanto la termine, con la instrucción precisa de que él a su vez pueda dársela a su hijo y éste a su vez al suyo y así hasta llegar a ti. Es importante que no permitas que mi tesoro sea destruido ni olvidado. El camino para encontrarlo será difícil y tendrás que enfrentar con tus camaradas varios retos, el trabajo será duro, pero te prometo que bien valdrá la pena.
Bienaventurado seas,
Andrés Terrés y Maseguer
Tu tatara-tatara abuelo pirata
P.D.: Aquí incluyo la primera de las pistas para iniciar la búsqueda de mi tesoro. Suerte.
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