En su edición del viernes 12 de noviembre, día del cartero por si no lo sabe, El País nos avisa que a las 24 horas de haber sido declarado merecedor del Premio Nacional de Artes Plásticas Santiago Sierra lo había rechazado pues no quería colaborar con "un Estado que es cómplice de guerras dementes y que, entre otras muchas cosas, dona el dinero común a la banca. . . Quiero que me paguen por trabajar, no por hacer reverencias".
Como comenté en mi anterior inserción, la obra de Sierra siempre se propone provocar al espectador y, en algunos casos, al que participa en el "happening". Si bien la provocación en el arte no es nada nuevo, algunos logran su trascendencia crítica. Sierra es uno de esos y ha tenido el buen tino de provocar con el rechazo del premio otorgado.
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