Algunos todavía se acuerdan de aquel momento en que los activistas de El Barzón trataron de entrar a caballazos en la Cámara de Diputados. Lo que hoy ocurre en el Congreso estadounidense me remite a aquel momento indignante de nuestra historia más o menos reciente.
El espectáculo de este lado del Atlántico es atroz. (Lo estoy comparándolo con el de Murdoch, pero este es mucho más serio.)
Los terroristas del ala ultra conservadora del partido republicano -87 en número-parecen encantados de que el vecino país del norte deje de pagar sus deudas y se lanzan a una serie de posturas ideológicas totalmente irresponsables en el mundo actual. ¿Subir impuestos? Eso es para los liberales. ¿Quitar exenciones a los ricos y las compañías petroleras? Eso es de tontos que no se dan cuenta de que una economía en crisis no puede subir impuestos. Hay que cortar Medicare y seguridad social: nosotros no estamos en un estado bienestar como los europeos. ¿Dejar de pagar a los soldados y pensionistas? Ya veremos lo que debemos priorizar. Por supuesto que los chinos pueden esperar.
Estados Unidos ha vivido en déficit la mayor parte del siglo pasado y sólo por breves años ha visto presupuestos equilibrados, señaladamente el de Bill Clinton. Claro, el déficit actual es impresionante e inimaginable para la mayoría de los débiles mortales. Ergo: hay que cortar por el lado del gasto y, sí, aumentar los ingresos.
Curiosamente -para mí- el verdadero dueño de la economía mundial, esto es, el señor Mercado, no parece haber parpadeado.
Sálvese quien pueda. Hay que amarrarse al mástil, que la tormenta que se avecina nos afectará hasta a quienes estamos dizque blindados.
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