jueves, 4 de octubre de 2012

DEBATE


DEBATE

Como en México no se debate, -¿será porque en el altiplano se considera de mala educación?- veo con entusiasmo anticipado el debate entre el presidente Obama, y Mitt Romney. Soy fan absoluta de Obama y lo que vi ayer me dejo estupefacta. Un presidente que miraba hacia abajo. Achantado ante las agresiones de su contendiente, dejo de señalar todas las barbaridades que ha dicho su contendiente durante toda su campaña, y dejó que lo agrediera de tiempo completo sin decir casi ni pío.
Como tengo la posibilidad de verlo en directo a través de la televisión gringa, y generalmente para noticias me encanta MSNBC, una estación mas liberal que las otras, la colérica indignación de Chris Matthews fue la mía. No echaba espuma por la boca pero casi. Estaba realmente furioso. "¿Donde estuvo Obama? ¿Que diablos hacia?  Miraba hacia abajo, tomaba notas. ¿Para qué tomaba notas? ¿Para la próxima?"
Más prudente, el añejo Dan Rather, señaló que Obama no era realmente Obama y Romney realmente no era Romney.
En efecto, después de haber visto lo que ha dicho el ganador durante su larguísima campaña -p.e., cuando dijo que a él no le interesaba el 47% de la población y no se iba a preocupar por los desempleados, los los que sólo medran a costa del estado, los militares que vuelven de las guerras, etc. o la aseveración de que no aceptaría ningún aumento de impuestos a los ricos- el Presidente no impugnó ninguno de sus yerros, ni las mentiras que espetaba durante la hora y media que duró el debate.

En fin, sugiero que vean las transcripciones televisivas de este asunto en su computadora.
 

1 comentario:

Martín Casillas de Alba dijo...

Comparto contigo todo lo que dices. Mañana escribo sobre el más reciente libro de Woodward "El precio de la política" que nos ofrece otra perspectiva sobre Obama y su relación con el Congreso.