EL ARTE DE LO POSIBLE

Este sábado, Carlos Puig, del diario Milenio plantea diversos puntos de vista acerca del cierre de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro y el conflicto que observamos.

Primero, el de Rolando Cordera quien señala la injusticia de hablar mal de un sindicato que ha luchado por que sus trabajadores tengan una jubilación decente y sueldos medianamente dignos, cosa a la que aspiramos todos.

En segundo término, indica que durante años hemos soportado malos tratos, tarifas altas y abusos de la Compañía de Luz y Fuerza y nunca nos quejamos: pagábamos y ya. Nunca ha habido un movimiento ciudadano en contra de la empresa.

El articulista concluye relatando la experiencia de un antiguo empleado de confianza que señala los abusos del sindicato. . . los absurdos como la compra obligatoria de medidores reconstruidos, en lugar de nuevos, por estar hechos por el sindicato, y más caros. Los obstáculos para introducir computadoras porque desplazaban trabajadores. A la vez, los no sindicalizados también disfrutaban de altos salarios y prestaciones. “Yo llegaba a un hospital, decía que venía de Luz y Fuerza, y nunca tuve que pagar nada, los bonos, las vacaciones…”.

El asunto tiene mil aristas y René Delgado, del periódico Reforma escribe:
Si el verdadero fin de liquidar la Compañía de Luz es acabar con un subsidio multimillonario, proveer un servicio eficiente de energía y fijar tarifas transparentes y justas, no hay más que sentarse a la mesa para dar y recibir. Si ése es el fin, el medio es la política. Ojalá la reivindiquen el gobierno y los electricistas. . . El gobierno y los electricistas del SME tienen una oportunidad, ojalá no la desperdicien: un acuerdo sin engaños ni sacrificio del fin perseguido les vendría bien a ambos, pero sobre todo al país.

Ayer, después de siete horas en la "mesa del diálogo" de la Secretaría de Gobernación, parece ser que los negociadores gubernamentales dijeron a los sindicalistas que primero cobraran su liquidación y luego platicarían.