miércoles, 7 de octubre de 2009

TOSCA

El New York Times del 22 de septiembre dió cuenta del disgusto de los patronos de la ópera al inagurarse la temporada con la nueva producción de Tosca. Los cantantes merecieron aplausos pero al director suizo Luc Bondy lo recibieron con el repudio máximo: buuuuuuu.
Ni hablar, no gustó cambiar a Zeffirelli por una puesta en escena un tanto arrojada: Doña Floria, bastante descocada, abre las piernas a Scarpia para salvar a su novio Cavaradossi, tres damiselas semidesnudas encantan al villano y sí, el segundo acto sucede en un escenario bastante musolinesco que no tiene que ver con las glorias pasadas de Zeffirelli.
El público no quiere ver nada nuevo y me remito a una producción de Fausto que ví hace mil años en Viena con vestuario y escenografía de Hockney. En aquella ocasión, ante el disgusto del público purista, el Sr. Hockney dió la espalda al honorable y se bajó los pantalones.
Gelb, el Director de la Metropolitan Opera considera que el Sr. Bondy se había tomado algunas licencias -no sé si poéticas- pero que hacía falta cambiar y la puesta en escena de Zeffirelli ya tenía tres décadas a cuestas.
Zeffirelli entró al ataque y lo llamó director de tercera.
Bondy no se iba a quedar callado. Si él era un director de tercera, Z. era un segundo asistente de Visconti. "Yo aprendí a ser director y él no inventó a Puccini." En fin, las pedradas fueron muchas.
Después de leer todo esto, ya me andaba por ver la Tosca nueva. De manera que, gracias a la generosidad de mi amiga Jósele, logré mi ambición el sábado pasado. Para empezar los cantantes eran espléndidos: tanto Karita Mattila (Tosca), como Marcelo Álvarez (Cavarodossi) y George Gagnidze (Scarpia) fueron debidamente aplaudidos. La escenografía más bien austera pero bien, nada del otro jueves. Ya dije que el segundo acto -donde Floria Tosca se escabecha a Scarpia- parece un edificio de la gestapo o de Musolini, cosa que bien podía ser, dado el villano.
Lo último, que me pareció gracioso y creo no gustó a muchos, es que Tosca no se tira del Castello San Angelo sino que, aparentemente agarrada de un cinturón, hace como que se tira de una torre muy alta y sólo se ve a medio cuerpo. La iluminación entrecortada simula su caida. Me gustó. Estuvo bien lograda.

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