lunes, 23 de agosto de 2010

FRÓMISTA

Encantada recordando lo que decía mi madre -". . .por aquello del que el Pisuerga pasa por Valladolid"- y pasando por el mentado Pisuerga durante un largo trayecto de Santander a Madrid, nuevamente gracias a Eloina nos detenemos en Frómista.
El románico me sigue maravillando siempre que tengo la oportunidad de visitar algún monasterio o iglesia en Europa. Vuelvo a tomar fotos (¿las mismas?) en Santiago de Compostela y Segovia, me recreo con Santillana y, en este viaje, tuve la gran oportunidad de visitar un par de templos en Frómista que no conocía.
La iglesia de arriba es San Martín y fue construida en el siglo XI. Imposible dejar de trasladarse a esa edad media obscura más no obscurantista, recordar templarios y nombres como Doña Urraca -esta reina donaría el monasterio de Frómista a los monjes benedictinos- o Doña Sol, Alfonso el Sabio, Doña Jimena y el Mío Cid.
Una historia relativamente nueva hay en Frómista: hace poco tiempo -no sé cuanto- el retablo, patrimonio nacional, el retablo de San Martín fue robado.

Al recuperarse, que lo fue, se encontró que sus ladrones eran poco expertos en el hurto de obras de arte: habían guardado las obras pintura contra pintura sin mediar protección. El resultado lo podemos constatar en la fotografía siguiente.

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