sábado, 30 de abril de 2011

MONARQUÍA EN PLENO

Para ser republicana, mi abuela era bastante monárquica y le encantaba contar a sus nietos lo guapa que estaba Victoria Eugenia cuando se casó con Alfonso XIII. Debe ser cosa de mujeres porque a mí –que también me considero republicana- me encantó ver la boda de Diana con Carlos hace 30 años y quería ver el espectáculo del viernes.
Como tengo mal dormir, me desperté curiosamente justo cuando Kate Middleton bajaba de su coche y caminaba hacia la entrada de Westminster Abbey.
Esta vez, la novia no perdió el paso ni la compostura; tampoco trastabilló con el nombre del novio. No es que fuera más fácil acordarse que se trataba de William Arthur Philip Louis en lugar de Charles Philip Arthur George. Lo que pasa es que Diana Spencer era una jovencita insegura vestida como pastel y hoy, con toda la pompa y circunstancia de aquella boda, una mujer hecha y derecha, nieta de un minero y guapísima se casa con el heredero de la corona inglesa.
Con los escándalos y la suerte de Diana, por azares del destino, un viaje de trabajo me llevó a Londres 8 días después del funeral de Diana de Gales en 1997. El ambiente en la calle era ciertamente distinto del de esta semana pasada y las flores para la princesa muerta se apilaban en el Palacio de Buckingham, en su casona de Kensington y hasta en Harrods.




Ante la aparente indiferencia de la reina y la conocida traición del príncipe, pese a sus devaneos los ingleses adoraban a Diana y la discusión se inclinaba abiertamente en contra de la corona y en especial de la reina. (Al respecto escribí un libro titulado Reinar después de Morir.)


La monarquía con William y Catherine resultó renovada. Nacionales y extranjeros se volcaron en la calle y vitorearon a los novios. ¡God save the Queen. . . pese a su aterrador atuendo amarillo! ¡Los ingleses se casaron con la clase media!


A la vez la boda resultó bastante retro: vestido precioso pero retro y, perdón, pero la música me aburrió muchísimo. Creo que a la niña en el balcón también le pareció discusting. ¿Qué decir del sombrerito de Beatriz?


De cualquier manera ¡vivan los novios! Se ven encantados y ojalá sigan así. No la tienen fácil.









P.D. Leo muchos artículos que también se aburren con los royals. Sugiero leer el artículo de Joe Queenan enla revista Time que me divirtió mucho.

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