sábado, 30 de abril de 2011

LA PETITE HISTOIRE

Cuando publiqué Reinar después de morir (título que tomé prestado de la obra maestra de Luis Vélez de Guevara -1579 - 1644- acerca de la historia de doña Inés de Castro, esposa de don Pedro, heredero del trono de Portugal, quien, muerta por órdenes de su suegro el rey, sería coronada por don Pedro a su ascenso al trono y rindiéndose honores de reina en forma póstuma) pensé que tendría un best seller.

Salió plagado de erratas muy poco después de la muerte de Diana y creo que estuvo bien documentado. Además, en contraportada aparecía una foto mía con la Princesa de Gales con lo cual se constataba que la había conocido. . . muy brevemente pero es cierto.

No obstante, algo pasó. Para empezar, invité a Juan José de Olloqui, gran amigo mío que había sido embajador en Gran Bretaña a presentarlo en el British Council y una semana después se disculpó diciendo que no le parecía prudente hacerlo. Debo haber puesto cara de what? en el teléfono porque no entendí por qué aquello era imprudente.

En la presentación del libro el salón estaba casi vacío. Parece ser que a la embajada tampoco le pareció prudente y ningún miembro de esta se apareció por allí. ¿Qué habré dicho?, me preguntaba. Sólo relaté la historia que se escribía en el International Herald Tribune, Daily Mail, People, Newsweek, La Vanguardia, El País, Salon, Slate, The Economist, The Express, The Guardian, The Independent, The New Republic, The New Yorker, The Observer, The Times, etc.. También incluí mis propias impresiones de visitante en Londres poco después de los funerales de Diana que tenían consternado al mundo a los que adicioné mis apuntes de viaje durante la visita de estado del Presidente de la Madrid a Inglaterra en 1985.

En fin, creo que alguien was not amused y no pude ingresar al círculo selecto de lectores de Guadalupe Loaeza por más que quise.

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