EL EXTRA GRANDE

Creo que el extra grande no va con mi personalidad pero lo cierto es que siempre he vivido con esa amenaza: "Acuérdate de tu tía Sofía", me decía mi padre refiriéndose a Sofía Blasco de Muñoz de Baena, una simpatiquísima mujer cuyos brazos le colgaban del hombro a la cintura cuando los levantaba. Supongo que por eso el tío Jaime es tan delgado.

En fin que ahora me cuesta todavía más lograr un peso decente. Sé que tengo que hacer ejercicio pero lo pospongo porque estoy pesada -no quiero decir gorda- y estoy pesada porque no hago ejercicio. Debo romper con el círculo vicioso y con eso de ver ayer a Liza Minelli con 20 kilos menos según su confesión, la pulla está puesta. Imposible hacer el ejercicio que hace ella en cada ensayo y cada actuación. Debe perder al menos 3 o 4 kilos en 2 horas, me digo. La escucho una canción muy graciosa en que canta las glorias de Sara Lee, la de los postres congelados, y a la vez que me río, me cuestiono si no estaré pensando también en un lizertorte o un cuernito sopeado. A propósito busco la caricatura que hace mil años me dedicó Pepe Palomo. (Pepe me escribe contándome de su hijo Matías, chef del año de Chile.) La comparto con ustedes y que conste que, al verme retratada en el diario La Jornada, osé pedírsela.