El agua escasea. La lluvia no ha alcanzado a llenar las presas. Los acuíferos se secan.
En el Distrito Federal, el gobierno local racionará el abasto del preciado líquido. El suministro de agua subirá de precio.Las medidas frente al agotamiento de los acuíferos parecen racionales y razonables. Vemos cómo el agua se desperdicia; observamos tuberías rotas; escuchamos un correr interminable de las regaderas.
En las colonias de calles estrechas, carentes de aceras y escasa vialidad, los edificios siguen construyéndose. Racionada o no, el agua escasea.
¿Acaso hay planos reguladores? ¿Existe aún la planeación urbana?
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