miércoles, 26 de agosto de 2009

OBITUARIOS IV

Viví en Washington de joven esposa con una niña de 2 años. Mi marido trabajaba en el Banco Interamericano de Desarrollo y lo pasamos muy bien. Era como volver a mi casa. Ahí había pasado 6 años de mi niñez y adolescencia cuando mi padre trabajaba en el Fondo Monetario y la capital del vecino país era muy provinciana.
Y, en 1962, John F. Kennedy era presidente de Estados Unidos y Washington empezó a convertirse en un una ciudad cosmopolita. Los recuerdos del Presidente Kennedy se agolpan en la memoria: Bahía de Cochinos, la crisis de los misiles, las reuniones donde se hablaba de la construcción de refugios contra bombas atómicas y un formidable mensaje a la nación -y a los rusos- de Jack Kennedy: aviones espía U-2 y fotografías de la CIA habían detectado varios misiles en territorio cubano y los barcos cargueros de la Unión Soviética se acercaban a la isla con más misiles de mediano alcance, cabezas nucleares y plataformas de lanzamiento. Cuarenta mil soldados soviéticos se encontraban en Cuba y los técnicos habían empezado a construir una amplia gama de sitios amenazantes.
Pasada la crisis, el cuerpo se aflojó. Nikita Khruschov golpeaba con sus zapatos la mesa de la ONU. Jack paraba misiles nucleares soviéticos, Jackie dictaba la moda y encantaba al mundo y, los hermanos del presidente -Bobby y Teddy- aparecían en columnas políticas y sociales.
Si Jack era hábil y melífluo, Bobby era el cerebro tras la presidencia. Al que no le iba nada bien era a Teddy: se sabía que lo habían expulsado de Harvard por copiar en un examen, que era mujeriego y bebedor. Más tarde sería causa accidental de la muerte de una chica -de nombre Mary Jo Kopechne- en Chappaquiddick.
A Jack y Bobby -John F. Kennedy y Robert F. Kennedy- no les dieron tiempo para sentar muchas bases en el vecino país. Muertos trágicamente los hermanos sería, curiosamente, Edward Kennedy, el hermano frívolo y sin sustancia quien se fue convirtiendo en un senador ejemplar, un hombre que pensó en su patria más que en sí mismo. De 1962 a la fecha, el Senador Kennedy enarboló las causas liberales estadounidenses, medio donde hasta la palabra liberal se considera una grosería.
Para Edward Kennedy, la elección de Barak Obama no sólo fue una culminación sino un nuevo principio: una refundación del país.

Habrá que ver lo que sucede con la reforma al sistema de salud. Su ausencia se ha notado y se notará aún más.
P.D. Escucho en mi estación favorita (MSNBC) al Senador por West Virginia, John D. Rochefeller diciendo que el gigante fue Edward (Ted o Teddy) Kennedy. Sus hermanos se preocuparon más por llegar a la presidencia. Su misión fue Estados Unidos y la posibilidad de llevar a sus ciudadanos las leyes que favorecieran a toda la comunidad.

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