La fascinante miniserie que vivimos la semana pasada fue una suerte de episodio de Criminal Minds o NCIS donde todo el servicio de seguridad policías locales, FBI y demás trabajó coordinado y como relojito junto y a la vista de toda la sociedad del área bostoniana.
Lo que nos falta ahora de parte de los estadounidenses es el por qué. No es que se sepa la razón específica del monstruo que hace unas semanas mató a no se cuantos niños de primaria. En uno u otro caso resulta por demás angustioso que los locos anden sueltos.
Pero es raro que esto suceda en un país que se jacta de tener los más altos valores nacionalistas. De primera mano puedo decirles que desde el kínder hasta la prepa, aquellos que han estado en escuelas públicas -la mayoría- de la Unión Americana van adquiriendo un chip de orgullo nacionalista singular. Todas las mañanas se ponen la mano en el pecho y rezan su lealtad a la bandera de Estados Unidos y a la república que representa. Poco después se aprenden el preámbulo de la constitución de aquel país: We the people . . .in order to form a more perfect Unión. . .
Me falta pues, en esta miniserie, el profiler, esto es, el psicólogo-sociólogo-criminólogo que va a descubrir el por qué de este caso en particular.
Obvio que ahí estará el grupo inteligente de personajes que descubren todo el pastel y cuyo nombre probablemente nunca sabremos o que se convertirán en super estrellas de la televisión.
Los mexicanos nos morimos de envidia. Supongo que podríamos ir aprendiendo pero seguramente tardaremos unos 200 años.
Lo que nos falta ahora de parte de los estadounidenses es el por qué. No es que se sepa la razón específica del monstruo que hace unas semanas mató a no se cuantos niños de primaria. En uno u otro caso resulta por demás angustioso que los locos anden sueltos.
Pero es raro que esto suceda en un país que se jacta de tener los más altos valores nacionalistas. De primera mano puedo decirles que desde el kínder hasta la prepa, aquellos que han estado en escuelas públicas -la mayoría- de la Unión Americana van adquiriendo un chip de orgullo nacionalista singular. Todas las mañanas se ponen la mano en el pecho y rezan su lealtad a la bandera de Estados Unidos y a la república que representa. Poco después se aprenden el preámbulo de la constitución de aquel país: We the people . . .in order to form a more perfect Unión. . .
Me falta pues, en esta miniserie, el profiler, esto es, el psicólogo-sociólogo-criminólogo que va a descubrir el por qué de este caso en particular.
Obvio que ahí estará el grupo inteligente de personajes que descubren todo el pastel y cuyo nombre probablemente nunca sabremos o que se convertirán en super estrellas de la televisión.
Los mexicanos nos morimos de envidia. Supongo que podríamos ir aprendiendo pero seguramente tardaremos unos 200 años.
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