jueves, 1 de enero de 2009

1° DE ENERO

Hace un frío tremendo en Nueva York. Al salir del concierto en Lincoln Center, el termómetro marcaba 18° -me parece que es algo como 14 bajo cero- y en la televisión, la gente que abarrotaba Times Square tiritaba al ritmo de unos raperos que deben ser famosísimos.
Hoy, 1° de enero, me despierto tarde y flojeo más. Escucho a un hombre vomitando durante varias horas en el departamento de junto: así son de delgadas las paredes, me digo. El frío que imagino me impide salir corriendo a la calle para no seguir oyéndolo. Luego veo la portada de un periódico que nunca he comprado. Eso de agradecer que ha terminado el 2008 no lo entiendo. La crisis seguirá con nosotros, con todo el mundo y no sólo con los estadounidenses.
¿Y con los mexicanos? Seguramente continuarán los asesinatos, los secuestros, y. . .la tremenda mediocridad. ¿Saldremos de lo primero? Supongo que algún día. ¿Y de lo segundo? Si la educación sigue sin tener importancia para los maestros seguramente no. Si el gobierno sigue secuestrado por el sindicato, seguramente no. Y si los mexicanos seguimos permitiéndolo, seguramente tampoco.

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