A principios de 1970, a mi marido -entonces Jefe de la Oficina Técnica del Banco de México- y a mí nos tocó ser edecanes glorificados de la visita del Presidente del Banco Mundial, Robert McNamara y su esposa Margaret. Ambos encantadores y de fácil trato, después de hacer las visitas obligadas del centro histórico y San Ángel, a Chucho y a mi nada se nos hizo más fácil que llevarlos a conocer la Ciudad Universitaria.
Luego de señalar las distintas facultades y los murales paramos en la Rectoría para mayores explicaciones cuando un pequeño grupo de estudiantes reconoció al personaje y, ni cortos ni perezosos empezaron a corear: Ho Ho Ho, Ho Chi Minh y nosotros a salir por pies. "No te preocupes, me dijo Margaret, "nos fué peor en Harvard. De allí nos tuvieron que sacar en helicóptero."
Al día siguiente llevé a Margaret a la Galería Juan Martín donde había una exposición de Vicente Rojo. Uno de los cuadros de Vicente se llamaba ¡DETENTE!. Margaret me dijo entonces: "Por cierto, nosotros estamos de acuerdo."
McNamara tardó 30 años en decir que la guerra de Vietnam había sido un error terrible.
P.D. Hablar sobre Robert McNamara siempre resulta difícil. Imposible ser Secretario de la Defensa de Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam y esperar aplausos. Leo hoy el artículo de Errrol Morris, cineasta, director de la película The Fog of War: Eleven Lessons From the Life of Robert S. McNamara" que ganó el Óscar por el mejor documental de 2004, en el New York Times y me parece un referente importante, más allá de las memorias del propio McNamara (In Retrospect, 1995).
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