viernes, 31 de julio de 2009

TORTURA Y MUERTE

Recuerdo a mi suegro -don Jesús- hablando de sus días y meses (¿años?) de prisión. Había sido jilguero de conocido general durante la revolución y acabó en la cárcel de San Luis Potosí con la amenaza de la muerte encima. Todas las noches se llevaban a uno y, los que ahí se encontraban presos, no sabían quien sería fusilado en la madrugada.
Leo en The Economist "War and peace through the bravest eyes" la tremenda historia de la muerte de Natalia Estemirova, activista chechena de derechos humanos.
Nuevamente encarcelada está Aung San Suu Kyi y los gorilas birmanos siguen ahí 20 años después del golpe.
Leo, además, Decidme cómo es un árbol -Memoria de la prisión y la vida (Ed. Umbriel - Tabla Rasa, 2007), de Marcos Ana prologado por Saramago. ¿Será posible que este hombre haya permanedido preso por Franco hasta 1961?
Dos veces vino la muerte
y dos se fué arrepentida
Dicen que marchó ofendida
porque no doblé mi frente.
¡Por eso dejó mi vida!

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