domingo, 10 de mayo de 2009

100

Con esto de la influenza porcina -ahora humana- en este país, los cien días de Obama pasaron casi desapercibidos. Vuelvo ahora a este extraordinario personaje que ayer "conmemoró diez días de haber cumplido 100 días en la Casa Blanca" y anuncia, en la cena anual en que el Presidente de Estados Unidos se reune con gente de los medios, que en los próximos 100 días construirá una biblioteca para conmemorar los primeros 100 días; y que sus siguientes cien días tendrán tanto éxito que logrará terminarlos en 72 y que en el setenta y tresavo descansará.

En el período de gracia que supuestamente se da a los presidentes, Superman Obama, hiperactivo como lo llama The Economist, periódicos y revistas (ver también, por ejemplo: Time, Washington Post, The New York Times y, El País ) reseñaron este singular período presidencial. Enganchada al carisma su carisma, he siguido fielmente esta travesía en que Obama, día con día y en ocasiones dos y tres veces diarias, ha aparecido en conferencias de prensa para plantear sus políticas en torno a: el presupuesto, la recuperación de la economía, seguro de salud para niños, derechos civiles, responsabilidad fiscal, servicio, defensa, política exterior, impuestos, discapacitados, tecnología, seguridad nacional, salud, educación, política migratoria, veteranos de guerra, medio ambiente y política energética, pobreza, derechos de las mujeres, desarrollo rural, la familia, adultos mayores y seguridad social. Se echa en la bolsa, por si fuera poco, a buena parte del mundo que antes repudiaba con odio jarocho a Bush.

¿En cien días? Sí, en 100 días.

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