Ante todo, y por si no se ha notado, debo señalar que llevo un par de semanas muy impactada por el asunto de la influenza y por las acciones de las autoridades de mi país y mi ciudad ante esta crisis. Aplaudo, es más, hasta con las pestañas, la respuesta de gobierno y ciudadanos ante el problema, si bien me preocupa que hayamos decidido volver "a la normalidad" tan rápidamente como si aquí no hubiera pasado nada.
Pero, y siempre hay un pero, parece ser que nuestro Presidente está muy enojado por el bloqueo aéreo impuesto a México por Argentina, Cuba, Ecuador y Perú y por la "cuarentena" impuesta por China y otros países a nuestros conciudadanos. En efecto, el asunto escuece y nos llueve sobre mojado. Las siete plagas de Egipto se hacen patentes en nuestro país adolorido.
Pongámonos las medallas que se quiera por las acciones o la reacción frente al problema pero, cuando aparece un nuevo virus resulta lógico que las autoridades sanitarias de todo el mundo se preocupen. Recordemos, por lo pronto, el ébola y el SARS. No fuimos testigos de la peste bubónica pero sabemos que provocó alrededor de 25 millones de muertos.
"Cada país es un caso y toma sus propias decisiones, dice Margaret Chan, Directora de la OMS al diario El País. Nueva Zelanda no sólo aisló a las personas infectadas sino a sus acompañantes. Hong Kong es una comunidad que tiene una elevadísima densidad de población, y es un nudo internacional de las comunicaciones. Si a estas personas que han estado en contacto con ese hombre que estaba infectado se las deja viajar sin más, y todo va bien, nadie va a protestar. Pero si sucede algo, la gente va a empezar a criticar a las autoridades y a decir que Hong Kong no ha hecho lo que tenía que hacer.
Cuando un país ha visto de cerca los estragos ocasionados por un problema de este tipo, resulta lógico que reaccione de inmediato y con rapidez. (Recuerdo a Brilliant con su early detection early response, que puede verse en mi INFLUENCIADOS III).
"El tifo costó muchas vidas pero pasó; el sida es una epidemia con la cual vamos a convivir durante largo tiempo, pero en este momento no sabemos si esta influenza va a perdurar o si se trata de una falta de equilibrio pasajera", comenta Antonio Lazcano a la revista Proceso.
No seamos, pues, tan duros con las respuestas de los demás. Amigos, vecinos o no, su principal preocupación deben ser sus ciudadanos. Claro, la diplomacia y las buenas maneras no estorban.
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