El 24 de febrero, el Presidente Obama dijo estar consciente de que la reforma al sistema de salud no iba a ser fácil. Pero que el primero que había hablado de la necesidad de esta reforma había sido otro presidente, Theodore Roosevelt, y eso sucedió hace casi un siglo. Por ende, la salud de los estadounidenses lleva demasiado tiempo pesando sobre su economía y su conciencia. "Que no nos quede duda: la reforma al cuidado de la salud no puede esperar, no debe esperar, y no esperará otro año." (So let there be no doubt: health care reform cannot wait, it must not wait, and it will not wait another year.)
Hace poco más de dos meses, Obama reunió en la Casa Blanca a lo más granado -difícilmente podrían no serlo- de los responsables de la salud de Estados Unidos en una Cumbre. Como podrá verse en el video, médicos y enfermeras, dueños y funcionarios de hospitales, laboratorios farmacéuticos, congresistas, y demás interesados (de peso) en este tema. La manera en que Obama conduce la reunión es digna de apuntarse.
Confiado en su popularidad, es probable que Barak Obama pensara que tendría mejor acogida en el Congreso para todas sus iniciativas, pero el hecho es que hasta hace unos días en que el Senador Specter abandonó a los republicanos para unirse a los demócratas, la lucha de Obama por la aprobación de sus iniciativas ha sido constante y poco exitosa. El "partido del no" como llaman a los republicanos, no le han dado un sólo voto a favor y uno que otro demócrata tampoco le ha hecho el fuerte.
Para el resto del mundo, resulta inconcebible que el "país más poderoso de la tierra" aún carezca de seguridad social pero, en el vecino país del norte, la lucha por la salud universal será campal.
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