domingo, 31 de mayo de 2009

MÁS SOBRE LA DELEGACIÓN ÁLVARO OBREGÓN

Mi madre vive en San Ángel Inn. Cuando nos mudamos allí, corría el año de 1954, pasaban las vacas, la Avenida Revolución era de un sólo sentido y no sé si tenía tranvía pero desde luego tenía sus vías.
Hace cosa de seis meses, los vecinos de mi madre, tuvieron a bien romper los linderos señalados en 1946 sin decir agua va. De la noche a la mañana, la amable entrada para dos casas diseñada por el Arq. Gustavo Saavedra, apareció con un muro que la dividía por la mitad. Aduciendo un alineamiento de banquetas, ampliaron su garage. (Mi padre había pensado hacer lo mismo pero a costa de la cocina, no de la calle.) Esa misma tarde, que por cierto era de mi cumpleaños, me dirigí a la Delegación acompañada de quien sabe mucho de estas cosas delegacionales: la encantadora Lolín Poo*. Todos la conocen y la respetan; sabe con quien acudir y cómo presentar solicitudes y quejas, cosa que es un arte barroco de aquellos. Con su buen modo y respeto hacia todos, Lolín me condujo por los laberintos de la Delegación Alvaro Obregón. Hacia las 10 de la noche, dejamos un escrito y, con número de queja -o como se llame- documentado, crucé los dedos.
Al día siguiente empecé a llamar a los números indicados preguntando por el funcionario indicado. Durante los dias siguientes vi levantarse el anexo. Con un nudo en el estómago, observé cómo, la casa que mis padres compraron en 1954 iba sufriendo transformaciones y cómo el polvo y los mazazos de la construcción envolvían la casa de Begonias. Las llamadas no fueron suficientes. Mes y medio después se apareció un funcionario de la Delegación pero jamás una respuesta por escrito ni una disculpa de los vecinos por "las molestias que esta construcción impliquen".
La casa de los vecinos luce encantadora. La de mi madre, como una vieja señora ansiosa de cirugía estética.

*Lolín es la representante de colonos en la Colonia Florida, donde todo parece ir bien: está limplia y, aunque Elena Carrera se queje de que el parquecito de enfrente de su casa está hecho un asco y no lo riegan nunca, la circulación es buena, se respetan los lugares de estacionamiento y se respeta el susodicho plano regulador. No creo que Lolín se quiera mudar a San Ángel Inn. Tizapán tampoco está en su mira pero deberíamos de hacer una polla para comprarle un departamento.

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